En mi recorrido fotográfico vacacional, por los faros de la Costa Brava
Catalana,
he escuchado una conversación entre hijo y madre.
Niño: en el parque zoológico veremos dinosaurios
Madre: en el zoo no hay dinosaurios ya hace tiempo…
Niño: si que habrá, porque en el mundo de la magia hay dinosaurios. Mama, es
lo miso que los Reyes Magos. Hay MAGIA.
Giré mi cabeza y entre la madre y yo se cruzó una mirada de asombro y complicidad.
No tengo ni idea de la edad del niño, puede que 6, 7, 8 … años. La edad no
importa, la cuestión más importante, es la visión de la magia que ha transmitido el niño.