Las dos palabras “memoria historica” las asociamos a hechos referentes a
dictaduras, guerras, etc.
El pasado sábado, la señora P. T. cumplía 81 años, me acerque para
felicitarla con un ramo de flores en la mano. Con una leve sonrisa, pero con
los ojos iluminados, me dio las gracias. Al proponerle de plantar unas violetas
en su jardinera, se negó. Me mostró una servilleta de papel, donde en
encabezamiento lo presidia el signo de la cruz y me pidió que lo leyera. Leí
sus palabras escritas con nerviosismo, eran palabras de despedida, dedicadas a
su familia.
A continuación me hizo esta confesión:
A continuación me hizo esta confesión:
Me case muy joven apenas los 21 años… (se paraba llorando y con muestras de
no poder respirar) No sabía nada de la
vida…. Al poco tiempo me quede embarazada…. A mitad del embarazo perdí la
criatura. Era una niña… Estaba sola en mi casa… Mire a la niña muerta. La
vestí, la envolví con puntillas y blondas,… la puse en una caja… di esta caja a la chica que tenia para los
encargos... Le pedí que la entregara a la señora C. D., ella ya sabría que
hacer... Nunca hablamos las dos de lo que había en de la caja... Hace poco
tiempo encontraron huesos humanos muy pequeños en una parte del campo... La
gente del pueblo empezó a decir que era la niña que yo tiré…Sufro por lo que piensan...Y si de verdad ¿es mi niñita?... Yo era joven, no sabia nada... Tuve 4 abortos
más... vivía con gran desesperanza el poder ser madre… La sexta vez nació mi
primera hija viva, después vino la segunda… y al final la tercera.
Comente esta confesión con la hija menor y me dijo que no sabían nada de
este episodio. Creo que P. T. vivió esta situación, el sufrimiento que revelaba su rostro y su entrecortada voz lo confirmaban.
Reflexión:
¿A quien y cuando expresas un sentimiento de culpa, vergüenza, muestra de debilidad, etc. sobre un episodio de tu pasado? a un desconocido.
ESTA ES SU MEMORIA HISTORICA
Muy triste, pero valiente. Triste el haber grabado a fuego ese dolor, pienso en la incertidumbre de tantos años de espera y esfuerzo, del interminable llanto y me duelen las explicaciones que, necesariamente, ha debido elaborar con vergüenza para sostener su propia vida ante los ojos del marido. ¡Benditas las tres hijas nacidas y benditas las que no pudieron!
ResponEliminaABRAZO.
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Cierto, los sentimientos que explotarón en mí, fuerón estos dos: tristeza y valentia.
EliminaHoy la miro , la observo y su mirada profunda me hace sentir cómplice de su confesión.
Guau. No soy capaz de ponerme en la situación de esta mujer. Que dolor y que tristeza. Pero estas tres hijas que tuvo más adelante serían su mayor tesoro, seguro.
ResponEliminaEn este momento no las ve como tesoros, ella solo esta con la pena del primer embarazo.
EliminaSu tristeza y dolor me impacto muchisimo.