Mediodía de otoño. Te esperaba para hacer el aperitivo.
El mar danzaba apaciblemente.
Te vi llegar. Mi corazón empezó a latir.
Mi sexo se humedeció. Las olas se encresparon.
El dorso de tu mano acarició disimuladamente la mía.
Sin control, pero con el máximo placer, mi cuerpo tembló y tembló y tembló.
Mi sexo explotó.
Me miraste a los ojos. Te brillaban de deseo.
Llegó un poco de calma.
Eso es lo que tiene el amor prohibido.
Cuando las cosas van a estallar es prudente dejarlas estallar. Y no atendamos ni a lo que dicen las vecinas (qué antipáticas) ni a cosa ninguna que no sea el propio placer. Ancha es Castilla, aunque no tenga mares. Petons.
ResponEliminaEastriver,
ResponEliminaCon mares o sin mares... ufffff no hay nada mejor que el placer "prohibido" pero no porque sea prohibido, sino porque nos mostramos sin inhibiciones (durante la noche no hay rulos en la cabeza, ni ronquidos escandalosos).
Es maravilloso dejarse ir en el placer sexual hasta el infinito, sin tapujos ni tabues, pero sin olvidar el resto de placeres.
Més petons ;)
El amor es prohibido?? pues no tendría que ser !!!!
ResponEliminaEl amor es libertad,es viajar en el espacio,es natural como la piel y el tacto, el amor eres tu...soy yo !!!
Es "prohibido" porque socialmente no es acceptado y porque si pones el nombre de "amantes" se intuye que no es una relación de compromiso para siempre... es una maravilla por NO dormir NI despertar con rulos en la melena, con mal aliento al despertar tuyo o del otro, sin pedos, sin ronquidos...
ResponEliminaPara mi la sociedad prohibe aquello que MAS me gusta, ¿¿¿sere antisocial???
Un abrazo