¿Quién o que pone precio al arte?

'La esclusa', de Constable

Hace años un conocido mío empezó a exponer sus cuadros en la sala de más renombre de la ciudad. Viví el proceso de escoger cual era el más adecuado, que cuadro le atraía más, como combinaría los colores, las formas, etc. En un momento alardeó del precio que podía poner en cada obra. Hablo de 500.000 pesetas, de 300.000, de 150.000, de 100.000, etc. Me sorprendí que sin dar valor al esfuerzo, a la imaginación, a la creatividad, a la visualización y lo más importante para mí: al concepto de transmitir sus intenciones, dirigidas al público  observador con o sin conocimiento de arte, pero con capacidades sensibles por las imágenes, (me pongo de ejemplo yo misma) no le daba  ninguna importancia. Me explicó que el precio de las obras las “pone el mismo mercado”, cuanto más vendes, más valor tiene el centímetro cuadrado de la obra.
Hoy estamos ante la obra 'La esclusa' de J. Constable, propiedad de la señora C. Cervera. La pobre se ve que necesita dinero y pone en venta este cuadro. Cada uno puede hacer lo que quiera con sus pertenencias, solo faltaría! Por eso es el dueño o la dueña. El precio debe estar por las nubes, digamos que lo venderá para estar en una caja fuerte o en un salón blindado de algún otro personaje que, sin sensibilidad, compra cuadros, joyas, etc. Para mantener su poderío económico.
Y ya que menciono las nubes, os diré que para mí, lo mejor de este  cuadro está de la mitad para arriba, donde ocupan espacio las nubes y las ramas del árbol, en un juego de formas que danzan en el vacio del infinito próximo con mil tonos de blanco/gris, azul y verdes/marrones. Formas, colores, volúmenes intuitivos, …  ¡visión exquisita para mí!.